¿Por qué debes conocer el mercado de bienes con valor histórico artístico?

04/05/2018 Tasación

Cada día la gestión del patrimonio está más en boga, aupada a la agenda mediática con cada declaración de Bien de Interés Cultural, detrás de cada denuncia por mala conservación o por controversias en procesos de expropiación considerados injustos. Se trata de una materia fundamental en un país como España, con una enorme herencia cultural, pero sin embargo todavía son muy pocos los que conocen la situación del mercado que se está abriendo alrededor y sus características.

¿Cómo es actualmente el mercado de bienes con valor histórico artístico?

Hay que decirlo claro: el patrimonio es algo que nos incumbe a todos, tanto a instituciones públicas como a particulares. Afecta a las primeras porque es su obligación poner los medios necesarios para asegurar una adecuada conservación. Y afecta a los segundos porque muchos de ellos todavía desconocen que pueden ver afectados derechos o intereses legítimos (un bien con valor histórico artístico en terrenos de su propiedad en cuyo proceso de expropiación puedan existir defectos de forma, un inmueble singular que no ha sido valorado adecuadamente antes de su compraventa, etc.) y, por desconocimiento o imprudencia, verse perjudicados económicamente.

Para bien o para mal, cuando hablamos del mercado de bienes con valor histórico artístico debemos ser conscientes de que estamos ante un entorno muy específico, con escasos movimientos y en el que todavía no existe una cultura extendida del valor. Sin embargo, no hay razones para el pesimismo; el futuro se intuye muy intenso y dinámico, sobre todo teniendo en cuenta que España es uno de los países con mayor patrimonio de Europa.

De hecho, según el inventario del patrimonio arquitectónico del Instituto del Patrimonio Cultural de España, realizado entre los años 1978 y 1982, el número de inmuebles registrados ya entonces ascendía a 71.643, entre los que se incluían inmuebles y conjuntos históricos. Tras la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español, nace la figura del Bien de Interés Cultural (BIC), que otorga la mayor protección a estos edificios y que cuenta actualmente con cerca de 17.000 elementos contabilizados.

Y entonces, ¿para qué valorar un bien con valor histórico artístico?

Como ya hemos señalado, estamos ante un mercado todavía no maduro debido en parte a la falta de cultura del valor en torno a este tipo de bienes. Sin embargo, hay razones para pensar que estamos a las puertas de una nueva concepción de las tareas de valoración; no se trata tan sólo de poner un precio a un bien, sino de aportar una información valiosísima, un valor añadido que permita poner en valor, con una base científica, un conjunto de bienes que tradicionalmente no han sido tratados adecuadamente.

En este sentido, hay que reconocer que actualmente existe un gran interés por parte tanto de clientes particulares y empresas, como de comunidades autónomas y administraciones públicas, que a menudo requieren esta clase de servicios para justificar ciertas políticas en materia de conservación y restauración del patrimonio.

No obstante, debemos ser conscientes de que, pese al enorme potencial, todavía es muy amplio el margen de mejora para extender cultura del valor en este ámbito, como hemos señalado arriba. Hoy en día, saber qué es y cuánto puede valer un Bien de Interés Cultural hace necesario un esfuerzo didáctico de todos por defender y difundir la noción de Patrimonio cultural y la necesidad de contabilizarlo y valorarlo de manera justa y profesional. Además, el hecho de que no exista una cultura extendida del valor de este tipo de bienes hace que a menudo se menosprecie por parte de instituciones el alcance de la depreciación de los mismos fruto de una deficiente conservación, lo que debe llevarnos a una reflexión acerca de la relación que existe entre una buena valoración y una buena conservación de nuestro patrimonio histórico. Pero además, se dan todavía numerosos casos de particulares que desconocen poseer un bien con valor histórico artístico y, por no realizar una valoración adecuada, se ven privados de un importante beneficio económico.

Sea como fuere, es innegable que cada día son más las situaciones que requieren un informe de valoración de bienes con valor histórico artístico, entre las que cabría destacar las siguientes:
• Procesos de expropiación.
• Asesoramiento en compra-venta.
• Dación en pago de impuestos.
• Ante procesos de herencia, reparto de bienes, etc.
• Cálculo de la devaluación por falta de conservación.

Por todo ello, es preciso insistir en la necesidad de poner en valor la importancia de la gestión adecuada del patrimonio y del inmenso potencial de un mercado todavía está por descubrir. Es un esfuerzo doble que merece la pena: por un lado, es todo un reto para los profesionales de la valoración. Por otro, es también una gran responsabilidad de todos para seguir contribuyendo a la puesta en valor del rico patrimonio histórico y cultural del que goza nuestro país.