Inversión: ¿Cuáles son los mejores activos refugio ahora mismo?
Inversión: preguntas y respuestas para sortear la inflación
¿Estás buscando oportunidades de inversión? Seguramente cuando leas estas líneas ya estarás al tanto de que nos hemos adentrado en una época de incertidumbre marcada por la escasez de chips y el encarecimiento de energía y materias primas. Todos ellos son síntomas que nos hacen prever una fuerte turbulencia cuyos efectos ya estamos notando; la escasez de chips lleva meses obligando a detener las cadenas de montaje de varias empresas de automóviles y electrodomésticos, al tiempo que estamos registrando la mayor subida del IPC en 30 años. Ante un futuro incierto y recién salidos -o en vías de ello- de una pandemia mundial, son varias las preguntas que se nos presentan: ¿cuál es la mejor opción para ver crecer nuestro patrimonio? ¿Se puede esquivar la inflación? ¿Podemos hablar de activos refugio hoy en día?
Con la renta fija en rentabilidades casi nulas y la variable en máximos históricos, pero con volatilidad, los expertos exploran formas de inversión alternativas. Como todos sabemos, a la hora de invertir nuestro timón suele oscilar entre 2 pilares fundamentales: seguridad y rendimiento. Y es en ese eje en el que trataremos de encontrar el mejor equilibrio que nos permita superar los tiempos convulsos con el mejor resultado. Pretender conseguir a la vez seguridad y alta rentabilidad es un pensamiento utópico, ya que cuando encontramos una inversión que ofrece mucha rentabilidad, con toda probabilidad observaremos alto riesgo al examinar la letra pequeña. Del mismo modo, si nuestra pretensión es garantizarnos el reembolso de lo invertido buscando riesgo nulo, el rendimiento de nuestra inversión no sólo nos impedirá ganar, sino que puede hacernos perder en función de otros factores como la inflación.
Ante este escenario volátil, todo inversor trata de analizar el mercado en búsqueda de señales. A continuación haremos un breve repaso por diferentes tipos de activos que tradicionalmente han servido como refugio de inversores y sobre los que hoy planea la duda acerca de su fiabilidad y rentabilidad.
El oro, la plata y… ¿el agua?
En los tiempos actuales, la alta volatilidad marca el devenir de los mercados, lo que motiva que numerosos inversores de perfil conservador opten por regresar a activos refugio como el oro, la plata o las joyas.
Tradicionalmente, los metales preciosos en general y el oro en particular han sido una opción segura en tiempos de inflación, ocupando un lugar de referencia en las carteras de inversión. Sin embargo, no se puede decir que todo sea una panacea: tanto el oro como la plata son elementos que en los últimos años tampoco se han salvado de embestidas del mercado; si en 2020 el oro experimentó una revalorización de un 30% que lo llevó a alcanzar los 2000 dólares por onza, en 2021 ha sufrido una depreciación del 15%. Por el contrario, la plata parece hacerse fuerte al albur de su uso en entornos sanitarios, en vehículos eléctricos o en paneles solares, lo que la llevó a experimentar un aumento de un 30% en 2020, el cual se ha prolongado más de un 20% en el primer semestre de 2021. En conclusión, debemos permanecer atentos al mercado de futuros y no dar nada por sentado.
Por otro lado, el mercado de futuros de materias primas ha observado cómo desde hace poco menos de un año el agua ha comenzado a cotizar en bolsa, rompiendo lo que hasta ahora era poco menos que un tema tabú. Más allá de consideraciones éticas, lo que demuestra la comercialización del agua en el mercado de futuros es que el criterio de escasez parece imponerse por encima de otras consideraciones en medio de una crisis de rentabilidad.
Sector inmobiliario e inmuebles singulares
Y mientras, ¿qué ocurre con el sector inmobiliario o Real Estate? Sin duda, desde 2008 el sector no ha vivido sus mejores días y la pandemia del Covid-19 tampoco ha ayudado. Sin embargo, podría decirse que los últimos datos son bastante alentadores, especialmente en los últimos meses en los que parecen superarse incluso precios de 2019 en algunas zonas. Si la crisis de materias primas no se alarga tanto como para afectar a la obra nueva, podríamos observar la evolución de este sector con una mirada ciertamente optimista.
Por supuesto, es necesario hacer una distinción en este punto, y es que no podemos decir que la situación sea la misma en las ciudades que en poblaciones rurales, urbanizaciones, etc. En este sentido, desde el estallido de la pandemia se ha producido un aumento de la demanda de viviendas rurales y un trasvase de población desde los centros urbanos a los territorios que no hace mucho se conocían como la España vaciada. La pregunta que surge a este respecto es lógica: ¿estamos ante un fenómeno transitorio que pasará una vez superada la pandemia o estamos asistiendo a una tendencia sostenida de retorno al mundo rural y vaciamiento de las ciudades? Sólo el tiempo lo dirá.
Más allá del mercado de la vivienda, hemos de hacer mención a un subsector especialmente importante para Taxo: el inmobiliario cultural. En este ámbito tradicionalmente incluimos edificaciones con carácter histórico artístico, que sin duda en ocasiones representan opciones interesantes de inversión.
Así, podríamos decir que dentro de estas inversiones culturales, la demanda se centra especialmente en inmuebles singulares como palacios, castillos y monasterios -estén o no catalogados como BIC-. Se trata de un tipo de activos muy especiales, que requieren una valoración con metodología específica y su estudio detenido, ya que frecuentemente son diversas las partes implicadas dada la legislación especial que se les aplica.
Sin embargo, es necesario reconocer que invertir en patrimonio cultural frecuentemente abre las puertas a otro tipo de beneficios, vinculados al estatus social, por no decir que permite el disfrute del bien en sí mismo, lo que puede traducirse en una fuente de beneficios. En este otro post os hablamos del caso paradigmático de Paradores Nacionales.
Criptoactivos
Otras opciones de inversión, quizás para perfiles más expertos, son la bolsa y, como no, los criptoactivos. Sin duda, a tenor de lo visto en los últimos años, podría decirse que invertir en criptoactivos -a falta de comprobar la postura de los diferentes gobiernos e instituciones públicas al respecto- es una manera de aunar riesgo y rentabilidad por la que apuesta cada vez más gente.
Sin embargo, es innegable que esta opción está sujeta a una inmensa volatilidad, lo que unido a que se trata de un tipo de activos con el que la mayoría de la gente todavía no está familiarizada, así como a la inmensa huella ecológica que lleva aparejada y a la inseguridad jurídica que despierta en algunos ámbitos, hace difícil catalogarla como un activo refugio aconsejado para todos los públicos.
Obras de arte y objetos de coleccionismo
Por supuesto, es inevitable incluir en este análisis el mercado del arte. La inversión en obras de arte, muy ligada a otros activos afines como antigüedades, numismática y más objetos de colección, suele ser vista como una opción eficaz para protegerse de la inflación, al tiempo que puede decirse que son seguras al mostrar poca volatilidad y una tendencia sostenida al alza.
Evidentemente, no estamos tratando de referirnos al mercado del arte como un todo; es preciso analizar cada caso en particular y ser conscientes de que cada obra de arte es un mundo. El primer elemento a tener en cuenta de cara a conocer el valor de una obra es, sin duda alguna, su autenticidad. Ello implica que, previamente a realizar cualquier operación es preciso someter la obra a un proceso de expertización y autentificación como el que realiza Taxo, a fin de evitar estafas y garantizar una toma de decisiones acertada.
Al margen de la autenticidad de la obra, el valor oscila en función de diversos factores, como el autor y las tendencias del mercado en un momento determinado. Por ejemplo, una obra de arte puede estar firmada por un autor poco conocido, que a partir de un momento dado comienza a ponerse de moda y a estar más apreciado en el mercado, por lo que quienes hayan invertido en sus obras observarán una revalorización de su patrimonio.
Por el contrario, en otras ocasiones pasan por nuestras oficinas obras de autores clásicos muy apreciados, por los que se llegaron a pagar cantidades importantes. Sin embargo, al tratarse de cantidades ya altas, su margen de crecimiento en el mercado y, por tanto, la rentabilidad de la inversión, será menor que en el primer caso. Eso sí, a cambio la seguridad será mayor al tratarse de un artista consagrado.
Fincas rústicas, bosques y explotaciones vitivinícolas
Por último, no debemos obviar uno de los sectores que mayor crecimiento han experimentado en los últimos años: la inversión en fincas rústicas, recursos forestales y explotaciones agropecuarias. En resumen, podemos decir que la inversión en tierras es atractiva dada su poca volatilidad y escaso riesgo, además de otorgar gran rentabilidad aunque, eso sí, a largo plazo.
La inversión en fincas rústicas lleva algunos años viviendo un gran auge al albur de nuevos modelos de negocio, como la implantación de nuevos proyectos de energías renovables tan en boga últimamente. Ello ha permitido un auge de la valoración agropecuaria, que es aquella rama de la valoración que se ocupa de calcular de manera precisa el valor de una explotación independientemente de cual sea o vaya a ser su uso y de su aprovechamiento.
Más allá de las energías renovables, en los últimos tiempos hay un fuerte interés por parte de muchos inversores en comprar y transformar fincas de manera que se sustituya su antiguo uso por nuevos cultivos más rentables con mejores rendimientos, incorporando además nuevas tecnologías. Ejemplo de ello son los pujantes negocios de plantación de cítricos, aguacate y olivar que se están expandiendo por el Sur y Este peninsular y tras los cuales hay importantes fondos de inversión extranjeros.
Otro tipo de uso que se les está dando a las fincas rústicas es el de convertirlas en explotaciones vitivinícolas. En este tipo de explotaciones se aúna la inversión en viñas con la constitución de bodegas y la compra de equipamiento tecnológico, tanto para el cultivo como para el ámbito de la enología, dando como resultado adicional un producto, el vino, que puede ser comercializado como arte.
En este mismo apartado, un área distinta aunque con muchas semejanzas es el de la inversión en bosques y recursos naturales. Tras la inversión inicial y con un mantenimiento no demasiado elevado aunque necesario, permiten, a largo plazo, buenos rendimientos en el mercado de compraventa de madera, así como en el mercado de emisiones de CO2, ambos en auge desde hace años.
Por supuesto, todo lo que hemos señalado hasta ahora ha de adaptarse a cada situación específica y someter cada caso a un estudio pormenorizado. La necesidad de liquidez es, sin ir más lejos, un factor que puede hacer que la seguridad o el rendimiento del que hablábamos al principio pasen a un plano secundario, más si cabe en un escenario de incertidumbre como en el que se mueven hoy día empresas, inversores y particulares.
En definitiva, a la hora de invertir el primer paso es contar con información de calidad y asesoramiento experto para una correcta toma de decisiones que nos permita movernos con acierto en el mercado, proteger nuestro patrimonio y sortear los vaivenes de las épocas convulsas.