Valoración de empresas: una solución cada día más presente.

En el ámbito de la valoración de empresas, la capacidad de adaptación e innovación por parte de expertos y profesionales debe alcanzar las cotas más elevadas. No en vano, se trata de un terreno en el que en los últimos años se han vivido tiempos algo convulsos donde la creación, destrucción y transformación de empresas ha sido especialmente intensa, motivando la existencia actual de una amplia gama de tipos de empresas y negocios, así como de los elementos a valorar en cada uno de ellos. En consecuencia, es lógico pensar que la metodología de valoración debe adaptarse a fin de funcionar de la manera más eficaz posible para cada caso concreto: una startup, una Pyme, un negocio autónomo, una gran empresa, una oficina de farmacia, etc.

En la valoración de empresas se hace preciso, además, incluir el valor de activos intangibles. ¿Acaso nos podríamos permitir excluir del cálculo de valor una marca o un logo, los cuáles pueden demostrar ser elementos distintivos principales en una compañía y por tanto ser una fuente esencial de valor añadido? Es el caso de las licencias de actividad, las franquicias, las patentes o las concesiones administrativas, frecuentemente ignoradas pero igualmente elementos fundamentales de valor empresarial.

En los últimos tiempos, la actividad de valoración se ha dinamizado enormemente gracias a la innovación y la apuesta por las nuevas tecnologías. En efecto, actualmente la valoración de empresas se puede realizar incluso a través del teléfono móvil gracias a apps y plataformas web que permiten, tras unos pocos clics, conocer el valor de un negocio.

No obstante, es cierto que el valor arrojado por este tipo de apps suele tener carácter meramente informativo -la valoración personalizada sigue siendo la recomendada en caso de requerir un informe con validez oficial-, pero la facilidad e inmediatez que caracterizan a las apps motivan la cada día mayor apuesta por la innovación como camino hacia la excelencia entre los profesionales de la valoración.

Como es lógico, además de la apuesta por la innovación tecnológica se van introduciendo ciertos avances en lo referente a métodos de valoración, permitiendo a los profesionales gozar de una mayor versatilidad y un importante plus de eficacia en la valoración. Así, las metodologías tradicionales (el Descuento de Flujos de Caja es la más importante del sector) conviven paralelamente con modelos híbridos, como el método de valoración por opciones reales (Black & Scholes), los cuales permiten reconocer el valor potencial de un activo.

Una de las principales preocupaciones de toda compañía y de sus gestores es el cumplimiento absoluto de los requisitos legales a la hora de afrontar operaciones de todo tipo y desarrollar su actividad cotidiana. De hecho, se trata de un ámbito delicado que cobra mayor complejidad ante cambios en el ordenamiento que han de ser sometidos a revisión y examen continuo a fin de evitar imprevistos.

Sin duda este es el caso de las llamadas operaciones vinculadas, que en los últimos años ha centrado los esfuerzos de gestores y abogados a la hora de asesorar a compañías ante la obligatoriedad de un informe que certifique y justifique el Valor Normal de Mercado como requisito indispensable ante un amplio abanico de operaciones societarias:

• Cesión del uso de un intangible (marcas, etc.) entre sociedades.
• Prestaciones de servicios profesionales u otras retribuciones.
• Préstamos entre sociedades o socios.
• Garantías y avales entre socios y sociedades.

Frecuentemente, los administradores de las empresas no son conscientes de la cantidad de objetivos que se pueden satisfacer gracias a un informe de valoración. Hay voces que señalan que probablemente ello se deba a que en nuestro país todavía no se ha extendido una cultura de valoración fuerte más allá del ámbito inmobiliario.

[bctt tweet=»La valoración de empresas y negocios sirve como asesoramiento y apoyo ante una gran cantidad de operaciones.» username=»taxo»]

Sin embargo, no hay más que echar un vistazo a algunos países de nuestro entorno para comprobar que la valoración de empresas y negocios sirve como asesoramiento y apoyo ante una cantidad, nada desdeñable, de operaciones:

• Asesoramiento en compraventa: ¿cuánto vale mi empresa?
• Incorporación o salida de socios: ¿cuánto valen mis participaciones?
• Garantía hipotecaria o pignoración de acciones.
• Solicitud de concesiones administrativas.
• Valoración de licencias de actividad y fondos de comercio (farmacias, quioscos, taxis…).
• Valoración de marcas, patentes e intangibles.
• Valoración de Startups, ideas de negocio, etc.
• Valoración de Pymes y negocios autónomos.
• Valoración de franquicias.
• Cumplimiento de la normativa vigente en materia de operaciones vinculadas.

Para concluir, es preciso subrayar la idea de que, más allá de las finalidades concretas que se requiera cubrir en un momento dado, la valoración de empresas y negocios busca ante todo facilitar al propietario o gestor de un negocio la toma correcta de decisiones a través de la información contenida en un informe de valoración detallado, metódico y oficial. Es cuestión de tiempo que se convierta en una práctica todavía más habitual.