¿Cuánto puede valer mi empresa?

Esta es una pregunta que se hacen muchos empresarios. En primer lugar diremos que el valor de una empresa no es lo mismo que el precio o el coste de la misma.

La teoría de la utilidad nos dice que el valor no es otra cosa que el grado de utilidad o la aptitud de las cosas para satisfacer necesidades. En este sentido, el valor de una empresa es el grado de utilidad que ésta proporciona a sus usuarios o propietarios.

Pero, ¿cómo se calcula entonces el valor de la utilidad de una empresa? Lo cierto es que no hay una fórmula aplicable a todos los casos. Cada compañía es diferente, y por tanto, su valor depende de muchísimos factores:

• El sector al que se dedique
• La ubicación del local
• Las licencias asociadas a la actividad que pueda poseer
• La notoriedad de su marca
• La posesión de patentes o fondos de comercio
• El número de máquinas industriales que se posean
• Y un largo etcétera.

Como se puede intuir, en la valoración de empresas el bien objeto de estudio es muy complejo ya que en él confluyen elementos tangibles e intangibles.

Por ello, debido a la gran diversidad de tipologías de empresa que existen, la valoración de cada una de ellas debe hacerse de forma personalizada, estudiando cada caso concreto de forma individual.

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