¿Cuánto vale un cuadro?

01/10/2018 Tasación

Quizás seas uno de esos coleccionistas que compra obras de primerísimos nombres, o simplemente un particular que quiere saber qué es lo que tiene en casa y cuánto vale en el mercado actual. Pues bien, sea cual sea tu situación, este post está pensado para ti.

Quizás seas una de esas personas que necesita respuestas acerca de una obra, no sepa dónde dirigirse o cómo actuar y necesite respuestas claras y concisas, independientemente del tipo de obra, el material, el estilo, el valor, o la época.

¡Cuántas veces me han preguntado “¿Alba, cuál es tu profesión?”! Creedme que cuando respondo Tasador de obras de arte y antigüedades, la cara de asombro es siempre la misma. Al final, siempre termino explicando en qué consiste exactamente al ver el interés que genera.

¿Qué hace un tasador de obras de arte?

Frecuentemente, cuando alguien ajeno piensa en la labor de tasación de arte, lo primero que le viene a la cabeza es algo que le es ajeno o que sólo está al alcance de unos pocos, cosa que desde aquí quiero desmentir, ya que cualquier obra de cualquier índole, es susceptible de ser valorada. Al contrario de lo que rige en el imaginario colectivo, esta profesión no está pensada para una minoría elitista, sino que se adapta a las necesidades de cada cliente.

Los trabajos más habituales a los que nos enfrentamos cada día no requieren más que un examen visual de la obra en directo, lo que no depende más que la pericia del ojo del tasador y su experiencia. Con los datos obtenidos se procede a la evaluación del mercado, respecto de bienes de similares características, que nos permitan emitir un valor económico justo y coherente. Este perfil profesional se ajusta a unos parámetros normativos homologados, que es lo mismo que decir que tiene unos estudios y una titulación propia. Además, debe cumplir con los principios de objetividad, honestidad y no revelación de secretos, para salvaguardar el bien de la obra y de su propietario.

Cualquier obra de cualquier índole, es susceptible de ser valorada.

En otros casos, tras el análisis visual, es necesario hacer un estudio más exhaustivo y minucioso, empleando todas las herramientas disponibles a nuestro alcance. En ese caso hablaríamos de la realización de una expertización, y no de una simple tasación. Es entonces cuando entran en juego las nuevas tecnologías y los avances científicos.

Cuando una persona, por el motivo o circunstancia que sea, tiene una obra que necesita expertizar, es decir, buscar y confirmar la autoría de la misma, porque esto es de vital importancia para la tasación económica, el tasador de obras de arte y antigüedades especializado somete la obra a una serie de pruebas científicas homologadas que aporten datos objetivos: fotografía de Rayos X, fotografía de Rayos Ultravioletas (U.V.A.), fotografía de Rayos Infrarrojos, estudio fotográfico con luz visible, luz rasante y macro, etc. Dependiendo de los resultados obtenidos, se puede acudir a la realización de espectroscopía Rahaman, estratigrafías y el estudio de la composición química tanto de pigmentos, como de la preparación y el soporte. En la mayoría de los casos, no será necesario la realización de todas las pruebas, pero sí de algunas de ellas, dependiendo de qué datos necesite el tasador, para poder aportar un dictamen con total garantía.

Los datos proporcionados por las pruebas mencionadas ayudaran a acotar la cronología de la obra, la autoría-taller-círculo de un artista en concreto, o descartarlo si fuere el caso. Si los datos apuntan a un autor en concreto, el siguiente paso que debe dar un tasador de arte especializado es el de hacer un estudio comparativo entre el autor del que se sospecha, y el cuadro objeto de estudio, basándose en la pericia y experiencia de su “ojo”, pero confirmado por la realidad tangible de los resultados de las pruebas. Si fuera necesario, el tasador de arte, debe acudir a las fuentes escritas, y realizar un vaciado documental, en busca de pistas que aporten veracidad a la autoría. En ocasiones encontramos fuentes escritas primarias, que son aquellas que resultan de un contrato, de un encargo, de un pago, etc. y en otras ocasiones encontramos fuentes secundarias, que son aquellas publicaciones donde se las menciona de forma adyacente.

Una vez que el tasador tiene todas las cartas sobre la mesa -pruebas científicas, comparativas y vaciado documental-, tiene la obligación de emitir un informe donde especifique las conclusiones objetivas de su estudio, acredite la autoría, y por ende emita la tasación del valor real de la obra en el mercado sin lugar a confusión, teniendo en cuenta todas aquellas circunstancias y atenuantes que puedan revalorizar o devaluar la obra objeto de estudio. Por ejemplo, el tasador tendrá en cuenta si la temática de la obra era habitual para el autor, o si por el contrario supone una rareza, lo cual aumentaría el valor. Si es de una época del artista que tenga gran demanda o no, que la obra se encuentre en buen estado de conservación, o por el contrario necesite ser intervenida o consolidada por un restaurador profesional y homologado, si se puede acreditar la procedencia de la obra con un carácter histórico o no, si ha sido revendida o es inédita, etc. Todos estos son parámetros que sólo sabe evaluar un profesional de estas características.

El tasador de obras de arte es el que hace que la maquina funcione coherentemente; es quien aporta la información del valor económico que tiene determinada obra de forma objetiva, sin atender a los intereses propios de las diferentes partes, y en definitiva es quien traduce la obra de arte a valores numéricos.

Es por esto que siempre que concluyo la explicación de lo que abarca un tasador de obras de arte añado una reflexión que explica por qué es tan necesario nuestro servicio para todas aquellas personas que se dedican de forma profesional o amateur al mundo del arte:

Visualiza una rueda con muchos engranajes y supongamos que cada uno de ellos es una profesión relativa al mundo del arte: artistas, restauradores, coleccionistas, vendedores, etc. Pues bien, el tasador de obras de arte es el nexo entre todas ellas, el que hace que la maquina funcione coherentemente, es decir, es quien aporta la información del valor económico que tiene determinada obra en tiempo real de forma objetiva, sin atender a los intereses propios de las diferentes partes, y en definitiva, es quien traduce la obra de arte a valores numéricos.

¿Para qué sirve una valoración de arte o antigüedades?

Por todo ello, querido lector, si has llegado a este punto comprenderás la importancia de nuestra profesión, valorarás nuestro servicio, y entenderás lo beneficioso que puede ser para cualquier persona tener todo este conocimiento a su disposición como asesores de mercado. Lo que a priori parecería elitista y caro, a la larga resulta barato y beneficioso, ayudándote a tomar las decisiones correctas en el momento adecuado.

La valoración de arte puede servir a numerosos propósitos, entre los que destacan los siguientes;

  • si necesitas información del valor de una obra para la compra-venta,
  • para una expertización para obtener certificados de autenticidad,
  • un informe pericial para un reclamación de daños, estafas o robos,
  • la realización de lotes para herencias,
  • informes para entidades aseguradores,
  • para etiquetado, catalogación e inventariado de arte
  • ante conciliaciones contables.
  • para donación en pago de impuestos.

Todas ellas y muchas otras son situaciones son muy habituales para un tasador profesional, que sabrá resolverlas inmediatamente de forma eficaz. ¿Qué mejor manera de conocer el valor de tus obras de arte y antigüedades que a través de un informe de valoración detallado, metódico y oficial?

Dª Alba María Ramos Rodríguez es Perito Judicial de obras de arte y antigüedades.