Financiación de buques: ¿cómo conseguirla gracias a una valoración?

Antes de adentrarnos en la cuestión de la financiación de buques, empecemos por el principio: ¿qué es un buque? Un buque es un vehículo que se desplaza por el mar y permite transportar personas o mercancías, contando al menos 24 metros de eslora. Se trata de una nave de gran tonelaje que puede desempeñar muy diversos usos: remolcadores, buques de pesca, dragadores, transportadores de mercancías (contenedores, petroleros, productos químicos…) y pasajeros (cruceros, transbordadores…) y un largo etcétera. Si quieres conocer todos los tipos de buques que existen, puedes echarles un vistazo en este otro post.

Lo cierto es que hay tantos buques y son tan diversos los tipos existentes que actualmente es muy difícil conocer con exactitud el número de buques que existen en el mundo, ya sea en circulación o detenidos (de hecho, actualmente existen numerosas plataformas online que hacen las veces de localizador de buques). Por eso, a menudo cuando se trata de hacer ese cálculo se han de aplicar filtros como la eslora, la capacidad de carga, el arqueo o el pabellón, a fin de poder trabajar con cifras más manejables.

¿Cómo se financia un buque? En materia de financiación de buques, hoy en día es preciso cumplir una lista de requisitos muy extensa, entre los cuáles se encuentra la necesidad de proveer la cantidad más amplia posible de documentos que acrediten solvencia financiera del solicitante, la rentabilidad del proyecto a financiar y un largo etcétera de requerimientos.

Esta situación, de por sí exigente en el terreno financiero general, se hace más patente si cabe en el ámbito de la financiación de buques, esfera que ha experimentado fuertes alteraciones en los últimos años, motivadas tanto por fenómenos generales, como la difícil situación financiera internacional arrastrada desde 2008, como por circunstancias específicas del sector, muchas de ellas relacionadas con variaciones legislativas en el seno de la Unión Europea (Tax lease), además de las enormes tensiones surgidas a raíz de la pandemia de covid-19 y la crisis posterior que viene tensionando la cadena de suministro en sectores clave como el de buques portacontenedores.

La financiación de buques es hoy en día una tarea más complicada que años atrás debido a la pérdida de importancia de la hipoteca naval, entre otros aspectos.

En todo caso, tras años de incertidumbre en el plano legislativo, la vuelta a la normalidad jurídica no parece ir acompañada por una mejora decidida en el ámbito de la construcción naval y la renovación de flotas. De hecho, encontrar financiación para un buque es hoy en día más complicado que años atrás debido, entre otros aspectos, a la pérdida de valor de la hipoteca naval. Ello es consecuencia de que ésta ya no es suficiente hoy en día; es cierto que seguirá siendo un requisito indispensable, así como también será preciso verificar el tipo de buque que se pretende financiar, su valor residual, su construcción o la situación del mercado de segunda mano.

Pero ahora, además, hay una diversidad de elementos adicionales que serán estudiados antes de lograr acceder a la financiación, como las fuentes de ingresos del armador o los gastos de explotación. En resumen, se trata de verificar la capacidad de devolución del crédito por parte del armador a través de un test de explotación de un buque concreto, en unas condiciones determinadas dentro de un mercado específico por parte de un sujeto establecido previamente.

Precisamente como consecuencia de esta situación, numerosas entidades recurren habitualmente a servicios de valoración de buques. En este sentido, la valoración de buques no sólo cubre la necesidad de conocer el valor real y potencial de una nave, sino que además se constituiría en una vía de acceso a documentos que agilizan el acceso a la ansiada financiación.

Además, en el proceso específico de buscar la financiación de buques, el informe de valoración que se aporte ha de incluir información detallada acerca de la actividad del buque, el estado de la documentación incluyendo acreditaciones y licencias, y cualquiera otra información que pueda afectar al cálculo del valor total del activo, como por ejemplo los derechos de pesca, además de ser profesional y riguroso en el detalle de las características de la nave. En este sentido, una embarcación sería un activo material que se vería sujeto a tareas de valoración propias de este tipo de medio de transporte, pero además se le aplicarían criterios y metodologías propias de la valoración de empresas para incluir en el cálculo del valor todos los activos intangibles que frecuentemente acompañan a los buques durante su vida útil.

No obstante, además de facilitar el acceso a financiación, un informe de valoración permite satisfacer un gran número de necesidades:

• Puede servir de garantía ante la concesión de créditos.
• Sirve como asesoría en compraventa.
• Puede contener un inventario y agilizar la valoración de activos fijos de empresas.
• Facilita la consecución de aplazamientos de pago.
• Permite solucionar con mayor celeridad numerosos procedimientos ante órganos judiciales o ante la Hacienda Pública.

¿Qué mejor manera de buscar financiación que contando con un informe de valoración detallado, metódico y oficial?